miércoles, 30 de diciembre de 2009

Caballo con luna
Acrílica sobre cartulina
28 x 21.5 centímetros.
Colección: Marcelo García Molar

Los Rincón Gallardo
Acrílica sobre cartulina
21.5 x 28.0 centímetros.

Idee Fix
(Louis-Héctor Berlioz)
Óleo sobre tela
40 x 50 centímetros.

"
En 1855 [Peter] Cornelius resumió el carácter y la realización de Berlioz con extraordinaria percepción:

Los músicos de Weimar lo saludan como el maestro de la orquestación moderna, el heredero de Beethoven, un polifonista de infinitos recursos y un polirrítmico de la más alta calidad. Lo admiran como al músico que sigue a Beethoven y a Schubert y sorbe el néctar de sus composiciones solo en las flores más nobles, el hombre que puede plasmar formas originales a partir de ideas poéticas y conferir estructura poética a formas conocidas, que está inspirado no solo por Palestrina, Bach, Gluck, Mozart y Beethoven, sino también por Shakespeare, Goethe, Byron, Moore, Hugo y Scott. Como crítico, manifiesta entusiasmo y desdén con la pluma más afilada. Pero aclaman en él sobre todo al héroe que, por amor a su arte, ha tenido la fuerza necesaria para soportar el descrédito, el odio y la calumnia en su propio país, que jamás escribió una nota que no fuese ofrecida como homenaje al ideal de la belleza siempre presente ante sus ojos, que no ha hecho concesiones a la moda y jamás buscó concitar el favor público mediante el sensacionalismo, que nunca se inclinó ante el gusto público para gratificar su propia vanidad, y que espera orgulloso en las alturas el día en que el público se eleve para reunirse con él y aclamarlo.
"

p.p. 265 y 266 en Berlioz de Hugh Macdonald, Javier Vergara Editor, serie "La música y los músicos", 1989.

Louis-Héctor Berlioz
Acrílica sobre corrugado
26 x 27 centímetros.
Don Ruy
Óleo sobre tela
40 x 60 centímetros.

Pakal II
(como dios del maíz)
Óleo sobre tela
40 x 50 centímetros.
Beethoven
Vinílica sobre cartulina
38.0 x 51.0 centímetros.
(Recuperación a partir de la mascarilla mortuoria)

Detrás, más allá de las nubes
Óleo sobre tela
60 x 90 centímetros

(Este obra fue publicado en la portada del periódico MiAmbiente número 323, con fecha del 14 de octubre del 2001 y en la portada del mismo semanario, con número 666 y fecha del 21 de septiembre del 2008).

martes, 29 de diciembre de 2009


Francisco Villa
Óleo sobre tela
50 x 60 centímetros

John
Óleo sobre tela
    45 x 60 centímetros     

 
 

Leonora
Óleo sobre tela
40 x 60 centímetros.
Colección: Dr. Gerardo Callejas Hernández.
 
Ofelia
Óleo sobre tela
                                                       40 x 50 centímetros
Acto IV, escena VII
Óleo sobre tela
60 x 45 centímetros

Óleo sobre tela
60 x 50 centímetros
              
 La regadera
Óleo sobre tela
45 x 60 centímetros.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Escotoma

Escotoma

En la página 27 de "El hombre y sus símbolos", Carl Gustav Jung (Editorial Aguilar, 1974), a la mención de las "manchas" correspondientes al test de Rorschach, remite a un pasaje de las Notas de Leonardo da Vinci: "No os resultaría difícil deteneros algunas veces y mirar las manchas de las paredes o las cenizas de un fuego o nubes o barro o sitios análogos en los que... podéis encontrar auténticas ideas maravillosas...", que ampliamos con los párrafos estraídos al "Tratado de pintura" del artísta italiano en la edición preparada por Ángel González García para la Editora Nacional (Madrid, España, 1976) que en sus páginas 362 y 364 reproduce vertido al español: "Bien es cierto que en una mancha pueden verse las distintas composiciones de las cosas que en ella se pretenda buscar: cabezas humanas, diversos animales, batallas, bajíos, mares, nubes, bosques, etc(étera); ocurre como con las campanas, que en ellas puedes oír lo que te plazca. Pero aunque esas manchas alimenten tu invención, no te enseñan a rematar detalle alguno..." "... si observas algunos muros sucios de manchas o construídos con piedras dispares y te das a inventar escenas, allí podrás ver la imagen de distintos paisajes, hermoseados con montañas, ríos, rocas, árboles, llanuras, grandes valles y colinas de todas clases. Y aún verás batallas y figuras agitadas o rostros de extraño aspecto, y vestidos e infinitas cosas que podrías traducir a su íntegra y atinada forma."
Este fenómeno óptico al que la mayoría dedica escaso tiempo y acervo, lo exteriorizamos al contemplar los conjuntos nubosos si nos recostamos en un prado, también en el ondular de las corrientes de agua en los ríos, en el oleaje marino y en las mudables sombras en los muros, rocas, terrenos...
Con Sigmund Freau, escotoma es fantasía. Con esta capacidad individual e intrasferible en su totalidad, la mente "ve" lo que puede extraer de la realidad circundante difrenciada de la ajena.
Escotoma es diálogo íntimo entre un "yo" dispuesto a la manifestación temporalen la naturaleza y sus efectos. Dos personasverán imagenes diferentes en el levantamiento de la neblina desde una plataforma enfrentada a la cañada.
Esta práctica lúdica de la visión humana, toma el término médico de escotoma, que en dicha disciplina determinala lesión ocular caracterizada por una mancha que cubre parte del campo visual (del griego escotos, tinieblas).
En ocasiones confundimos escotoma con agnosía, cuando esta segunda define a una alteración patológica de la percepción que consiste en la incapacidad para identificar las sensaciones recibidas (del griego agnosia, ignorancia).
Llevados a un terreno con mayor complejidad, esotoma genera -con su práctica y aplicación- lo que llamamos idioma eidético, término que refiere a los fenómenos físicos relacionados con la capacidad para formar imágenes mentales, lenguaje(s) aplicado(s) al practicado por los crípticos.

Publicado en el semanario MiAmbiente número 644 del 20 de abril del 2008.
Escotoma I
Vinílica sobre cartón
20.2 x 20.6 centímetros
Escotoma II
Vinílica saobre cartón
20.2 x 20.6 centímetros

Escotoma III
Vinílica sobre cartón
20.2 x 20.6 centímetros
Escotoma IV
Vinpilica sobre cartón
20.2 x 20.6 centímetros

Escotoma V
Vinílica sobre cartón
20.2 x 20.6 centímetros

Escotoma VI
Vinílica sobre cartón
20.2 x 20.6 centímetros

Escotoma VII
Vinílica sobre cartón
20.2 x 20.6 centímetros

sábado, 26 de diciembre de 2009


La lucha de los ángeles. (I)
Acrílica sobre cartulina.
21.5 x 28 centímetros.

...y, al terminar la lucha ¿permanecerán los nombres entre hermanos?

La lucha de los ángeles. (II)
Acrílica sobre cartulina.
21.5 x 28 centímetros.

El rostro profundo y las cicatríces propias en el caballero de la luz y para el adalid de las sombras.

La lucha de los ángeles. (III)
Acrílica sobre cartulina.
28 x 21.5 centímetros.


¿Quedará alguna herida por restañar llegado el día sin final? Blanco y negro: bajo la luz es acción, durante la oscuridad, meditación. Bienaventuranza a todos los hijos de la Creación.


La lucha de los ángeles.  (IV)
Acrílica sobre cartulina
21.5 x 28 centímetros.

Con las heridas infligidas, mútuas, la luminosidad vigente y el guardián oscuro aguardan en el sendero estrellado por la verdad última y compartida.



Marengo.
Óleo sobre tela
120 x 90 centímetros.
Colección: Dr. José Antonio Carapia Villalpando

Marengo era el semental árabe gris claro del Emperador de los franceses. Los historiadores afirman que Napoleón perdió 18 caballos durante sus campañas y que Marengo -el último de ellos- fue herido ocho veces.
Después de Waterloo (a los 22 años), Marengo fue llevado a Inglaterra en donde murió en el año de 1831.

Marengo
[Detalle]
Viento del Sur
 Óleo sobre tela
 60 x 50 centímetros
            Colección:  Adolfo Montiel Talonia            
                                                                                                          
"Alá dijo al Viento del Sur: Vúelvete carne sólida, porque haré de tí una nueva criatura para la honra del Todopoderoso, la humillación de mis enemigos y para ser sirviente de los que son mis súbditos. " Y el Viento del Sur dijo: "Hazlo Señor". Entonces Alá tomó un puñado del viento del sur y creó al caballo y dijo: "Tu nombre será Árabe y la virtud estará estará ligada a las crines de tu frente y el pillaje a tus espaldas. Te preferí de entre todas las bestias de carga para hacer del amo tu amigo. Te dí el poder de volar sin alas, en el asalto y la retirada. Pondré hombres a tus espaldas que honrarán y cantarán ¡Aleluya! en mi nombre."

jueves, 3 de diciembre de 2009

Paloma
(OCHO RETABLOS)
Acrílica sobre cartulina, 28 x 21.5 centímetros.
Víctor Manuel López Wario


Una paloma en el mediodía primaveral.

Obnubilada de sol tras recorrer los tres estadios --el del cuervo, el del pelícano y el encomendado a su imagen-- agita sus alas adoloridas. Desde la sima oscura y pestilente hasta la cumbre luminosa. hinchada la vista con figuraciones nuevas, las miserias pierden su ensoñación esclavizante.

Una paloma en la medianoche primaveral.



Plegó sus alas, arrebujó la energía tomada al sol, guiñó a la luna y guardó en su memoria el destello de las hogueras que pueblan el manto viridina oscuro, para que, al amanecer, la materia transfigurada sea imagen de un presente continuo, constancia que hiende el futuro con el adverbio de ¡siempre!

Aquella paloma en el mediodía vernal.



Presencia física de un sol emplumado, zurea el romance renovado. Brilla en sus ojos el rumor petrificado en el puente de cantera rosa sobre un rebullir agotado.

Aquella paloma en la medianoche vernal.



Sombra de luna llena arrebujada en el mínimo espacio de la continuidad, aovillada en el alero de la casona, donde engarzó un amanecer con aroma a sueño.

Esa paloma en el mediodía otoñal.

La del desordenado el plumaje por el embate de los vientos, la que estruja con su pico el primer rebrote, alasia su belleza al compás de la hojarasca ocre. Claudicantes los párpados, ignoran el cambio en las melenas zarandeadas coronadas de luz.




Esa paloma en la medianoche otoñal.

Encontró resguardo bajo la arcada en donde generaciones pulverizadas revolotearan con el tañir acompasado de la ahora inexistente campana de difuntos, mientras allá abajo, en el terreno de la vida vertical, una mano santiguara el suspiro embozado de un "por hoy yo no fui".

La paloma en el mediodía invernal.

Sacude el frío cristalizado adherido al óvalo multicolor donde la constancia aleteante nos dice que, en la vida senescente al cobijo del cielo azul Goitia, todo es olvido ante la repetición no teorizada del instinto.

La paloma en la medianoche invernal.



Cerró sus ojos para calentar el recuerdo genético de la verdad que por un rato fue propia y transmisible. Mañana, algún día, el frio quedará atrás, la esperanza llevará bajo la cubierta de plumas el desafío a lo imposible.